Gran cantidad de marplatenses formaron parte de la marcha que este año fue bajo el lema “Más de 30 mil razones para defender la Patria Nunca Más está en nuestro ADN”. La concentración fue en Avda. Luro y San Luis y luego recorrieron las calles del centro.

Los Organismos de Derechos Humanos de Mar del Plata-Batán junto a agrupaciones sociales, políticas, sindicales, estudiantiles y culturales realizaron la marcha y movilización a 48 Años del golpe genocida que este año fue bajo el lema “Más de 30 mil razones para defender la Patria Nunca Más está en nuestro ADN”.
En esta oportunidad, la marcha reunió a una multitud. Según los organismos convocantes, hubo unas 70.000 personas en una columna de manifestación que se extendió por 17 cuadras y en la que participaron agrupaciones políticas, gremios y varios ciudadanos de a pie de todas las franjas etarias.
La consigna de la marcha fue “a 48 años del golpe genocida”, bajo el lema “Más de 30 mil razones para defender la Patria”. La manifestación fue encabezada por las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, con el siguiente mensaje: “La patria no se vende, la vida no se entrega, el pueblo se subleva”.
Entre la muchedumbre afloraron no sólo carteles en conmemoración a los detenidos desaparecidos, sino también muchos con contenido de actualidad, en clara alusión a las políticas que viene implementando el Gobierno Nacional.

“La falta de trabajo es un crimen que alguien debe pagar”, fue uno de los mensajes que difundieron las Madres de Plaza de Mayo.
“Que la crueldad no nos sea indiferente. No al DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia)”, decía otro cartel que cuestionaba a la gestión que encabeza Milei, que incluso fue caricaturizado durante la convocatoria con un muñeco.

“¡Milei, basura, vos sos la dictadura!” fue uno de los cánticos que más se escucharon durante una tarde de domingo espléndida, con una máxima que rondó los 27 grados. “La dolarización de la vivienda es una política de la última dictadura militar”, denunció por su parte la organización Inquilinos Agrupados, en medio de la incertidumbre por la normativa que rige a los alquileres.
La manifestación, en la que también hubo lugar para diversas intervenciones artísticas, comenzó pasadas las 16, en San Luis y Luro. Y se extendió durante casi dos horas.

El recorrido fue el tradicional: por la avenida Luro hasta Buenos Aires, para luego dirigirse hasta Colón y regresar por la avenida Independencia hasta Luro y así hasta retomar el punto de partida, en el monumento a San Martín.
La procesión finalizó con un conmovedor aplauso y llantos mientras una larga bandera de Argentina con las fotos de los detenidos desaparecidos durante la última dictadura militar atravesaba la larga columna de manifestantes.
Fuertes críticas
En el documento final, los organismos de derechos humanos plantearon duros cuestionamientos a la actual gestión nacional
“Nuestra democracia está siendo vulnerada bajo un intento descarado del actual Gobierno para reconvertirla en un régimen autocrático, con las libertades individuales y colectivas afectadas, la violencia y la represión normalizadas para silenciar a cualquiera que intente oponerse de manera firme al modelo libertario”, señaló en primer lugar el escrito.
Y añadió: “Esta opción de la más rancia extrema derecha está logrando, entre otros males, la licuación de todo el capital de los sectores medios y la profundización del empobrecimiento de la clase históricamente más vulnerada”.
En el comunicado se advirtió que el plan de la actual gestión es avalado “por los mismos sectores concentrados que apoyaron a los gobiernos neo liberales de Martínez de Hoz durante la dictadura genocida, y (Carlos) Menem y (Mauricio) Macri en democracia”.
Estas administraciones “tuvieron como común denominador la expansión del hambre del pueblo y que confrontan con la integración regional solo para generar una alineación automática con Estados Unidos e Israel”.
Ante este escenario, los organismos convocantes plantearon un “estado de movilización permanente” frente a un Gobierno que tiene como objetivo “la destrucción definitiva del tejido político, sindical y social, que representa para ellos la última barrera para hacerse del control definitivo del patrimonio nacional y su posterior integración como activos del poder concentrado”.
